Sintetizar en palabras no siempre suele ser lo mas adecuado en estas ocasiones, los abrazos saben mucho mas de esto, porque antes de ser abrazos eran solo dos brazos y en esa acción simple de abrazar uno se conecta hacia otras dimensiones,se puede sentir a la otra persona palpitar y dejarse caer, como depositando su carne en ese acto.
Si se pudieran investigar científicamente los matices de la música que suena cuando dos personas se encuentran y crean un vinculo, seguro estos locos y maniáticos señores terminarían por desistir o por entender que hay cosas inexplicables que no merecen ponerles un nombre. Ese vinculo, ese pedacito que uno entrega y deja que la otra persona lo ubique donde mas le parezca,es lo que nos hace reiterar su mirada,es como volverse a encontrar con una parte de uno.
Todo lo que somos, es la suma de todas esas partes. De la riqueza de verse reflejado en otras caras, en otras palabras, en otros ojos. Todo lo que nos suceda inexorablemente esta sujeto a la búsqueda constante de ese reencuentro. El cuerpo lo pide y se deja llevar por colectivos y veredas, siguiendo olores de quien sabe donde provengan.
Nuestro universo interior se mueve, interconecta sentires y vibra transmitiendo esas ondas en cada célula reproduciendolas al mundo y logrando esa conexión. Estas leyendo. Tal vez solo dos palabras de lo escribí te queden: Te Quiero. Porque los sucesos mas simples son los mas complicados de explicar. Pero estas ahí, sintiendo como de repente mi abrazo te abraza en forma circular, expandiéndose, porque no estas solo, porque hay una parte mía latiendo en vos, y eso me ha guiado a que hoy haya decidido regalarte cada letra, punto y coma de este pedazo de nada cibernetica. Pero te veo. Leyendo. Hasta puedo verte como lentamente sonríes, porque sabes que muy muy muy dentro te estoy recitando estas lineas.
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