vive

lunes, 20 de junio de 2011

No me gusta la goma

Úsela y tírela.  Ese seria el mejor eslogan para promocionar a la goma. Borrar (según el diccionario) es hacer desaparecer lo trazado por cualquier medio. ¿Es tan fácil borrar?. Para lápiz la parte blanca, para tinta la parte azul. Para el ratón electrónico, botón derecho "delete". Así de sencillo y manual parece el acto. Claro; para las cosas inodoras, insípidas y plásticas.
¿Y para la vida?. Allí aparece la complicación, la mente es un enorme casillero donde guardamos porciones de vivencias y con ellas, olores, sensaciones, sonidos, caras, sonrisas, ojos. Entonces, borrar se convierte en una acción que requiere de voluntad y de tiempo, pero no el tiempo marcado por el segundero, un tiempo abstracto en nuestro mundo,sujeto a nuestras reglas y decisiones.
No me gusta la goma, porque me obliga a olvidar, a desterrar fuera de mí marcas,cuando en realidad borrar nunca podrá conseguir que olvidemos. Borrar no es humano. Transformar es de sabios. Todo nos conviene, lo bueno y malo que ocurre. Nos hace crecer, nos riega las raíces para creer que todo, es una gran experiencia al fin de cuentas, que hace falta tener una mente limpia para transformar en vez de olvidar.
Borrar es des-hacer, y lo hecho,hecho esta. Nunca se ira, tal vez solo se esconde entre caretas o sonrisas falsificadas. La dualidad la hemos creado dentro, separando todo en blanco en negro, en malo o bueno, lindo o feo. Para transformar no hay diferenciación, solo un deseo de construir, de dejar que la mente maneje todo y ser libres.

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