mañana gris, el silencio mental donde reposa la melodia eterna de que no estas aqui.
te llevo flores, las guardo en libros para que algun dia las veas.
la luna me guiña un ojo, me dice que mañana es otro dia.
el tiempo para los que sueñan es un invento de los que piensan.
la ventana circular desde donde te miro me dibuja la tenue silueta de tu ausencia, sombras perdidas en la noche.
algun poeta estremecido por el temblar de mi cuerpo,se ha apoderado de mis manos que escriben en una hojita de otoño toda la historia inacabable de mi ser y mi sentir.
un cometa volador se escapa por el cielo mendocino, te busca, sin nada encontrar.
improvisados son los cantos de mi vos, que me sacuden las celulas de mi cuerpo, movilizando las venas donde el condimento innombrable pasea.
el mate, el alma, la alma, el palo santo, los patines, el camino, el pan casero, la tierra en las uñas, el sol pegando en las caras, los pelliscos, las cosquillas, la voz susurrando, el brazo, los brazos, el abrazo, la noche y las estrellas, el cuento noctiluca, la sombra del jacaranda, el aroma de un aromo frances, los campos de Francia, el matete, el secreto, la piel, el contact, el tango, los duendes, los frutos rojos, la sole, la pau, la cancion, las fotos, tus fotos, la memoria, el tiempo, la distancia, la pelicula, el sueño, te sueño, quilombo, remolinos, tiemblo, la puerta, los niños, escucharte, amor?, ansiedad, hoy no me quiero morir!, suspiro...esperar.
o desayunarte esta palabras en ayuno:
"Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón"